La profesión docente ha sido históricamente una de las más valoradas y respetadas en la sociedad. Los educadores han sido vistos como mentores, formadores, transmisores de conocimientos, desempeñando un papel fundamental en el desarrollo intelectual y personal de generaciones enteras. Sin embargo, en las últimas décadas, la percepción y las expectativas sobre la labor docente han cambiado de manera evidente y constante, convirtiéndose en un ámbito donde se enfrentan expectativas a veces descontextualizadas por un lado, y realidades complejas por otro.
Los docentes se encuentran en el epicentro de una serie de demandas y exigencias: ya no basta con ser expertos en su materia; se espera que sean guías emocionales, gestores de conflictos, promotores de la inclusión y la diversidad, y líderes en la implementación de nuevas tecnologías y metodologías pedagógicas innovadoras, entre otros aspectos.
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Edumorfosis